Jornadas de Pedagogía Libertaria CGT Madrid
e-mail: jornadasdepedagogialibertaria@gmail.com
lunes, 1 de junio de 2020
viernes, 29 de mayo de 2020
Los filósofos griegos nos dejaron la premisa “Conócete a ti mismo”
Estudiar cómo se estructura nuestro conocimiento es de gran ayuda para reflexionar sobre el sistema que nos configura. Este camino se hace de forma más saludable con la referencia de los demás. Y esto mismo es lo que hace la IA (Inteligencia Artificial) con el SLAM (localización y mapeo simultáneos). El robot compara la información que recibe con el mapa que va creando para mantenerse bajo control. Crea el mapa y se sitúa dentro de él al mismo tiempo. Por eso son tan importantes las referencias. El mapa no es simplemente un término cartográfico, sino que está constituido por todas las acciones y comportamientos resultado del aprendizaje, el cual está formado por el contexto que nos ofrece el pasado, los demás y el entorno. A esto se le llama precisamente“aprendizaje por refuerzo”.
Aplicado al comportamiento humano, el SLAM es la habilidad de tomar puntos de referencia para consolidar los criterios con los que tomamos decisiones y con los que creamos nuestro mapa.
Es muy importante la variedad de destrezas que hemos recibido por nuestra herencia animal. Pero solo desarrollamos aquello que ensayamos. El margen que adquirimos entre máxima tensión y máxima relajación es un buen ejemplo de la importancia que puede tener nuestro nivel físico en las posibilidades de afrontar el día a día. Volvemos a recordar lo importante que es el entrenamiento para asegurar una buena respuesta en nuestro mapa. Solo con ensayo reforzamos nuestro aprendizaje y obtenemos velocidad y potencia, así como lentitud, tranquilidad y relajación para dar una buena respuesta ante cada situación. De ahí la importancia de analizar, debatir y en general socializar, para aportar unas referencias sanas a nuestro SLAM y al refuerzo de nuestro aprendizaje.
La voluntad es una realidad posible...
Jaime Lirola y Elena Gonzalez
A vueltas con la transversalidad
En los cursos de formación que nos daban a los profesores que teníamos que avanzar la tan cacareada "reforma" no eramos pocos los que caíamos en la cuenta: ¿ qué buena reforma se podría haceer si, inexplicablemente, pocas personas se tomaban en serio la necesidad de acabar con las aulas desnudas: sin libros, sin bancos de trabajo, sin herramientas, sin materiales manipulativos. Más de una vez manifesté mi enfado a mis formadores ante tal inconsistencia.
Y, lamentablemente, después de unas cuantas "reformas" más, seguimos más o menos igual: mucho decir y poco hacer por parte de los mal llamados "expertos", dados a promocionar únicamente los materiales de aula que aparecen en las directrices de turno impuestas por el mercado tecnológico: proyectores, pizarras digitales carísimas, ordenadores mal concebidos como herramientas didácticas ).
En lo que sigue trataré de formular una propuesta que sea factible con los medios de los que disponemos actualmente en centros con recursos moderados.
El espacio de aprendizaje juega un importante papel en la formación y la educación, pues permite experimentar y crear si la concepción del mismo es la adecuada. La adecuada concepción de aula como marco físico debería apuntar más hacia la noción de "taller" ( o laboratorio ) que a la de "auditorio".
La transversalidad, además, representa una suerte de encaje en la que la persona alumna puede encontrarse a sí misma. Por transversalidad se entiende la concurrencia en el tiempo de clase de prácticas que son propias no de una sino de varias materias, con mayor o menor grado de afinidad entre éstas; entender tal cosa es fácil si pensamos en actividades concretas orientadas a proyectos y con contextos significativos de una cierta riqueza formativa. Por otra parte, estudiar los contenidos estructurados de una materia ( la que sea ) no es suficiente para poder adquirir conocimientos firmes, pues no es posible renunciar a cotejar lo aprendido con las realidades del entorno próximo.
Es tan importante el espacio que, como condicionante, puede abortar corrientes pedagógicas encaminadas a mejorar el bienestar y la educación de las personas. El espacio aula bien empleado y optimizado con enfoques abiertos, lejos de cualquier encorsetamiento, favorece la práctica de actividades de aprendizaje transversal, y, por consiguiente la buena convivencia y la satisfacción personal que de manera natural se sigue de los logros en la adquisición de conocimientos (...)
lunes, 25 de mayo de 2020
Acerca de la salvaguarda de los datos sensibles en las plataformas educativas por parte de la persona docente, o de cómo "surfear las olas"
En el caso de un docente o una docente, ¿ a qué datos sensibles nos estamos refiriendo ? A menudo, guardamos las notas de las personas alumnas en archivos hojas de cálculo que archivamos en una nube de datos. La primera medida de protección consistiría en no utilizar las herramientas nativas de dicha nube ( procesador de textos, hoja de cálculo, ... ) para el trabajo en línea, en el caso de manejar dichos datos sensibles, sino hacerlo fuera de línea, con nuestros programas favoritos, para enviarlos luego a la nube, con algún tipo de protección.
En ocasinones, ni siquiera hace falta utilizar un método de cifrado si la persona docente es lo suficientemente precavida y cuidadosa; en el caso de los documentos de hoja de cálculo, bastaría con no poner los nombres y apellidos de los alumnos y alumnas en la correspondiente columna de la hoja de cálculo, sino un código sencillo, que guardaremos en lugar seguro ( un libreta de notas, por ejemplo ). De esta manera, un enigmático ( pero real ) tercero - suele tratarse de un 'bot' de rastreo - que accediese a la hoja de cálculo ( en especial si se ubica en la nube de datos ) podría relacionar la nota con la identidad de la persona alumna. Pero claro está que este tipo de pequeñas astucias no lo solucionan todo.
Muchos paquetes ofimáticos ofrecen la posibilidad de dotar a los documentos que se generan de una contraseña. Así por ejemplo, es fácil hacerlo con LibreOffice. No se requieren conocimientos de ingeniería de sistemas y criptografía para hacerlo; basta con marcar una casilla a la hora de guardar el documento y, por supuesto, anotar dicha contraseña en lugar seguro para poder acceder de nuevo al archivo y poder continuar trabajando en él.
Hace muchos años descubrí un valiosa herramienta, un humilde blog de notas, Note Tab Light ( https://www.notetab.com/notetab-light ) que ofrece la posibilidad de encriptar de diversas meneras: trozos de texto, el archivo en sí, e incluso, carpetas de nuestro ordenador. Dicho blog de notas - que recomiendo, forma parte del software libre, es práctico y sencillo. Los métodos de encriptación de clave privada que utiliza no llegan a tener la fiabilidad de otros de clave pública, tales como el famoso algoritmo RSA, que empleamos en las gestiones bancarias o en la compra por Internet, sin embargo ofrecen una primera barrera de protección nada desdeñable.
Ejemplo de encriptación del siguiente párrafo de un archivo de blog de notas:
Drive de las Jornadas de Pedagogía Libertaria blog: https://jplcgtmadrid.blogspot.com/ site: https://sites.google.com/view/jornadas-pl-cgt-madrid previamente identificado con jornadasdepedagogialibertaria@gmail.com
Desde luego, hay muchas otras herramientas para encriptar y desencriptar. Sin ir más lejos, en las versiones anteriores a la 10.0 del sistema opertativo Windows, se podía proteger fácilmente el acceso a un archivo, de una manera parecida a lo que se ha comentado antes en relación a esa posibilidad con paquetes ofimáticos ( LibreOffice
, por ejemplo ); sin embargo, es curioso que esta funcionalidad está deshabilitada por defecto en esta última versión de este sistema operativo: para habilitarla, hay que trastear un poco a nivel de consola de comandos.
Todas estas cosas son lo suficientemente sencillas para dotar de una cierta segurdiad a los documentos y archivos que contengan datos sensibles, pero lo que quería comentar también, es la posibilidad de utilizar también herramientas de encriptación que están disponibles en leguajes como Python o en otros lenguajes de programación más veteranos como C. Si os gusta un poco la computación, ésta es la opción que proporciona una buena segurdidad y un buen control sobre lo que hacemos (...)
jueves, 21 de mayo de 2020
La blogosfera en el aula. Herramientas TIC para la exposición de trabajos y la evaluación entre pares ( coevaluación ) en la clase
La evaluación entre pares, es a menudo costosa en tiempo lectivo; sin embargo, el uso de blogs facilita enormemente esta tarea (...) Por otra parte, un blog es un recurso que puede venir muy bien para exponer/explicar las etapas sucesivas seguidas a lo largo del desarrollo de un trabajo o proyecto, pues permite la inserción cronológica ( en las entradas ) de todo tipo de materiales: texto, imágenes, vídeos, presentaciones, etcétera (...)
martes, 19 de mayo de 2020
Anarcoindividualismo y aprendizaje autodidacta
Junto con el anarcoisindicalismo y el comunismo libertario (que nada tiene que ver con los regímenes comunistas totalitarios), otra de las corrientes tradicionales más antiguas del anarquismo es el anarcoindividualismo [1], en relación a la cual cabe citar a pensadores como William Godwin (1756-1836) [2], Lysander Spooner (1808-1887) [3], Henry David Thoreau (1817-1862) [4], o Max Stirner (1806-1856) [5] quien filosofó sobre el "egoísmo" y el individuo. La acepción que se le da aquí al término "individualista" no tiene nada que ver con el egocentrismo, el pancismo, la codicia u otros muchos sinónimos de lo que pudiese parecer pernicioso, sino que se refiere a la idea de que cada individuo ha de poder decidir libremente sobre sus acciones para alcanzar el bienestar personal ( en todas las facetas del mismo: física, anímica, afectiva y espiritual ), decidiendo acaso asociarse con otras personas, pero siempre de manera voluntaria, y, eso sí, contemplando siempre de manera consciente y comprometida las necesidades de las demás personas que conforman su medio social, pues es de reconocer que esa libertad individual y tal anhelado bienestar no es posible alcanzarlos si los demás, a su vez, no puedan también alcanzarlo. Así, por ejemplo, personajes anarquistas de reconocida talla como Emma Goldman (1869-1940) o Frederica Montseny (1905-1994), entre otras muchas, se reconocieron a sí mismas como anarcoindividualistas, si bien participaron muy activamente en los movimientos anarcosindicalistas y dieron muestras a espuertas de generosidad y altruismo. Dicho sea de paso, el anarcoindividualismo no tiene nada que ver ( sino todo lo contrario ) con el mal llamado "anarcocapitalismo", cuyos falsos símbolos enarbolan algunas personas neoliberales, sin ninguna coherencia por cierto; se mire desde el punto de vista que se quiera, ya sea éste filosófico, histórico, ideológico, moral o ético.
La forma autodidacta de aprendizaje suele prescindir del afán de conseguir reconocimientos académicos y títulos. Grandes artistas, inventores, artesanos y científicos han sido autodidactas, tal es el caso del físico y matemático Oliver Heaviside ( 1850-1925 ) o del físico Michael Faraday ( 1791-1867 ), entre otras muchas personas a las que debemos un gran reconocimiento por sus aportaciones. Las personas autodidactas se suelen guiar principalmente por su ilusión y la sed de conocimientos, sin desdeñar ni mucho menos el trabajo manual, más bien se caracterizan por no concebir la creación intelectual sin el trabajo manual, lo cual encauza de pleno con las corrientes tradicionales de pedagogía racionalista y de renovación pedagógica. Partiendo de una formación de base (en la escuela, el taller, o la universidad, ... ) suele caracterizarles el gusto por un amplio abanico de aficiones. Una muestra actual de ello es el movimiento cultural maker [6] de nuestros días, enraizado en la tradicion artesanal, además de otras corrientes culturales afines.
(...)
Referencias:
[1] anarquismo individualista, Wikipedia
[2] William Godwin, Wikipedia
[3] Lysander Spooner, en Wikipedia
[4] Henry David Thoreau, Wikipedia
[5] Max Stirner, Wikipedia
[6] El movimiento cultural 'Maker', Wikipedia
A vueltas sobre la evaluación en el trabajo docente.
No es lo mismo calificar que evaluar. Muchas personas no diferencian la acción de calificar de la de evaluar. Calificar es medir, pero evaluar es más que medir. Evaluar, por lo menos, debería ir más allá de determinar el grado de competencia - que no exhibir (el éxito) o, lo que es peor, castigar (haciendo público el fracaso) con una mala calificación - de la persona alumna partiendo de los resultados de los exámenes o de cualesquier otra prueba o tarea. Sin tener que llegar a la calificación, la persona alumna debería poder ser capaz de reflexionar, de meditar, sobre los resultados de su aprendizaje, así como de tener una visión crítica en relación al proceso colectivo. La evaluación debería tener también en cuenta la adecuación de las condiciones individuales y colectivas para el aprendizaje, ya que - me parece a mí - el principal objetivo de la evaluación libertaria debería ser el de proporcionar una respuesta alentadora a las personas alumnas para que éstas pudiesen proseguir con ilusión y satisfacción su proceso de aprendizaje y educación, asumiendo su libertad y responsabilidad.
Al reducir la evaluación a la simpleza de asignar de una nota ( numérica o cualitativa ) al resultado de una prueba, corremos el riesgo de desalentar y excluir a una parte de la clase; reproducimos así en el escenario del aula (de la clase) - a menudo, sin darnos cuenta - las prácticas de exclusión social que caracterizan el sistema competitivo y marcadamente injusto en el que tanto las personas docentes como las personas alumnas intentamos sobrevivir; alimentamos de esta manera el ego de las personas en detrimento de lo que la enseñanza libertaria quisiera lograr: sustituir la autoridad por el respeto y la responsabilidad, la competición por la cooperación y el apoyo mutuo, el dogma por la razón, las reglas dictadas por las reglas asumidas y discutidas desde la democracia real en el aula, mediante la Asamblea.
El objetivo, a mi entender, no es otro que el de poder facilitar el camino al bienestar de las personas (alumnas y docentes) a través del proceso educativo ético, emocional y de adquisición de conocimiento significativo, a la vez que procurar la necesaria armonía social del grupo, que es la clase. Y todo ello, en aras de la libertad individual de cada persona, concibiéndola como algo inherente a la libertad de todos y todas.
Desligar pues la autoridad de la evaluación, utilizando la Asamblea y la organización de eventos colectivos tales como la exposición de trabajos y cuadernos, las comunicaciones por parte de las personas alumnas a la hora de exponer sus logros a los compañeros y las compañeras, la publicación de sus trabajos y la evaluación de los mismos por pares, demostrarían de facto lo innecesario y pernicioso - en el sentido apuntado - de la calificación.
(...)