Los filósofos griegos nos dejaron la premisa “Conócete a ti
mismo”
Estudiar cómo se estructura nuestro conocimiento es de gran ayuda
para reflexionar sobre el sistema que nos configura. Este camino se
hace de forma más saludable con la referencia de los demás. Y esto
mismo es lo que hace la IA (Inteligencia Artificial) con el SLAM
(localización y mapeo simultáneos). El robot compara la información
que recibe con el mapa que va creando para mantenerse bajo control.
Crea el mapa y se sitúa dentro de él al mismo tiempo. Por eso son
tan importantes las referencias. El mapa no es simplemente un término
cartográfico, sino que está constituido por todas las acciones y
comportamientos resultado del aprendizaje, el cual está formado por
el contexto que nos ofrece el pasado, los demás y el entorno. A esto
se le llama precisamente“aprendizaje por refuerzo”.
Aplicado al comportamiento humano, el SLAM es la habilidad de tomar
puntos de referencia para consolidar los criterios con los que
tomamos decisiones y con los que creamos nuestro mapa.
Las personas vamos configurando un mapa con la realidad en la que
vivimos y simultáneamente damos respuestas mediante los esquemas que
forman nuestro mapa. Esto está muy analizado en la neurociencia
actual. Pero entonces, ¿cómo podemos conocer nuestro objetivo, si
este subyace en un mar de múltiples elementos que han ido
constituyendo nuestra vida?
En este texto vamos a analizar las aportaciones del trabajo con la IA
para entender las manipulaciones que sufrimos a diario y lo
importante que es tener buenas referencias para contrastar lo que nos
configura con lo que queremos ser. La importancia del contexto en el
que realizamos el aprendizaje ya viene detallada en el pensamiento de
L. Wittgenstein como fundamental para la interpretación del
lenguaje. Precisamente es el SLAM el elemento que supimos aplicar
al mapa de las palabras que vamos adquiriendo para crear los
conceptos, los valores y la comunicación .
Si somos un mapa que se hace con referencias, cuidemos las
referencias que hacen ese mapa. Un buen ejemplo para mejorar los
aprendizajes es analizar cómo un dispositivo de IA programado para
una tarea con nuestras mejores destrezas, dedica un tiempo de
entrenamiento para consolidar sus respuestas. Es decir, esta IA entrena a otro dispositivo desde cero para aumentar
la efectividad de los nuevos comportamientos. Obtienen un mapa muy
preciso y así mejoran su SLAM. Esto sería equivalente a las mejoras
que podemos obtener en nuestros criterios gracias al trato con los
demás y depurando elementos inconscientes.
El mapa nos da todas las referencias para una determinada situación.
Lo más cómodo es que la situación coincida con nuestro mapa, en
caso contrario es necesaria una señal de error para generar una
actuación. Una señal grave sería, por ejemplo, si estuviéramos
en un incendio, en este caso dejamos todas las tareas pendientes y
atendemos la nueva situación.
Reforzamos las actitudes que más valoramos. Las repetimos y esto
consolida su modelado en nuestro mapa. “Vive como piensas o
terminarás pensando como vives”. Esta es la mejor manera de
entender lo que significa nuestro mapa. Son los elementos que nos
rodean los que representan nuestro entorno de aprendizaje. Por eso es
tan importante el contacto con grupos donde podamos convivir con unos
valores universales consensuados. Esto ya lo decía P. Kropotkin en
su libro
El apoyo mutuo. Excursiones a la naturaleza, grupos
para debatir y en general una sencillez compartida que haga posible
el buen vivir de la comunidad. Sin objetivos claros y bien ponderados
los protocolos que configuran nuestras respuestas quedan
como
una amalgama sin dirección.
El poder, la autoridad y las imposiciones al compararse con los
objetivos de nuestro mapa provocan una respuesta de continuo ajuste
que nos sitúa en la ansiedad. Cuando en la infancia las muestras de
apoyo son inciertas y contradictorias, son tantos los desajustes en
nuestro SLAM (referencias y respuestas) que hacen imposible el
control y aparecen las respuestas neuróticas y psicóticas.
Es muy difícil conocer los elementos que han ido configurando
nuestro comportamiento, de ahí la dificultad del estudio del
inconsciente. También es muy complejo introducir modificaciones en
nuestra conducta. Nuestro mapa se va convirtiendo en nuestra
seguridad y por eso está protegido biológicamente para que solo se
hagan modificaciones en situaciones relevantes. De lo contrario
podríamos saltar de una torre por un error.
La necesidad de grupo es fundamental para las personas y esto puede
ser un factor de manipulación porque supone una motivación muy
fuerte para absorber los valores que nos consolidan dentro del nuevo
grupo. Para sentirnos aceptados generamos cambios en nuestro mapa.
Hacemos una adaptación del mapa anterior y reforzamos uno nuevo con
las actitudes del grupo. Esta es una de las razones por las que el
poder intenta hacer individuos vulnerables. Resultarán más
manipulables.
De aquí la importancia de la reflexión sobre el sentido de nuestra
vida y saber buscar referencias.
Teniendo esto en cuenta, los medios de
comunicación inciden en crear todo un entorno de refuerzo de sus
objetivos en nuestro mapa mental e incluso eliminan información útil
y necesaria para comprender la situación y tomar así referencias
estables. Esto provoca continuas tareas de respuesta para defender
nuestros criterios, pero a la larga es muy fácil que haya una
acomodación para no tener que responder a todo y debido en parte a
la inseguridad que nos crean. Además, cada vez es más preciso el
modo en el que llegan y modelan a cada público seleccionado, porque
conocen muy bien cuál es nuestro mapa. Conocen la sociedad que nos
ha configurado, de hecho han sido parte activa en esa configuración.
Es impresionante el entrenamiento hacia el carácter mercantil e
individualista que recibimos a diario. Y son muy pocas las
oportunidades de ejercitar el carácter social productivo o
democrático. Esto está muy estudiado en la obra de E. Fromm.
Cuando producimos algo, los poderes económicos compiten con al menos
cien veces más capacidad. Así nos vemos abocados a una carrera
estresante en la que interiorizamos el mapa del contexto que nos
imponen. En lugar de constatar esta manipulación, perdemos la
autoestima y nos hacemos más sumisos. Somos mano de obra barata
esperando nuevas oportunidades.
En esta sociedad, T. Adorno da por liquidado el yo, que sin embargo
sigue existiendo con una interioridad precaria y llena de traumas.
Heleno Saña ve aquí la civilización de la máquina, la velocidad y
el hacinamiento humano. Es curioso cómo la instrumentalización, a
la que nos somete el poder, hace que nuestro mapa se parezca tanto al
de una máquina. Puede ser por eso por lo que resulta tan fácil
configurarnos como robots (Nunca faltan soldados para una guerra).
Pero, volviendo a las referencias constructivas, el recorrido
filosófico sobre los intentos de comprender el lugar del ser humano
en el mundo está muy bien recogido por Heleno Saña en la obra
El
camino del bien. Y esto representa el esfuerzo colectivo que se
ha ido dando a lo largo de la historia para generar un pensamiento
alternativo a las imposiciones de los sistemas de explotación. Este
análisis señala la importancia de generar un mapa constructivo con
las mejores aspiraciones.
Tomás Martínez, un profesional de la robótica experto en
Inteligencia Artificial que ha hecho posible este artículo, está
convencido de que por naturaleza el objetivo del ser humano sería
ayudarse y colaborar para la felicidad mutua. Lo explica describiendo
cómo los mapas se sincronizarían para poder cumplir todos su
objetivo.
De ahí que este análisis puede
servir para hacer que los robots sean más humanos y los
humanos menos manipulables.
Es muy importante la variedad de destrezas que hemos recibido por
nuestra herencia animal. Pero solo desarrollamos aquello que
ensayamos. El margen que adquirimos entre máxima tensión y máxima
relajación es un buen ejemplo de la importancia que puede tener
nuestro nivel físico en las posibilidades de afrontar el día a día.
Volvemos a recordar lo importante que es el entrenamiento para
asegurar una buena respuesta en nuestro mapa. Solo con ensayo
reforzamos nuestro aprendizaje y obtenemos velocidad y potencia, así
como lentitud, tranquilidad y relajación para dar una buena
respuesta ante cada situación. De ahí la importancia de analizar,
debatir y en general socializar, para aportar unas referencias sanas
a nuestro SLAM y al refuerzo de nuestro aprendizaje.
Este sistema intenta mantener separados los rebaños. Todos libres,
cada uno en su redil. Por eso no desarrolla puntos de encuentro más
allá de los bares, teatros y exposiciones, buen momento de consumo,
sin más proyección que el desahogo y la repetición. En
contraposición necesitamos grupos de afinidad y puntos de encuentro
donde convivir con alternativas constructivas.
La aportación de la Inteligencia Libertaria es el entrenamiento que
nos permite reforzar los valores del apoyo mutuo, difundirlos y
permitir que puedan crecer personas sanas y libres.
La voluntad es una realidad posible...
Jaime Lirola y Elena Gonzalez