viernes, 29 de mayo de 2020

A vueltas con la transversalidad

Desde aquellos tiempos en que se pretendía avanzar una Reforma Educativa ( LOGSE ) con ciertos elementos de Pedagogía Libertaria - hace ya de ello casi 35 años - siempre me llamó la antención el poco cuidado que los gerifaltes y gurús de turno trataban la posibilidad de integrar el trabajo intelectual con el trabajo manual en las aulas.

En los cursos de formación que nos daban a los profesores que teníamos que avanzar la tan cacareada "reforma" no eramos pocos los que caíamos en la cuenta: ¿ qué buena reforma se podría haceer si, inexplicablemente, pocas personas se tomaban en serio la necesidad de acabar con las aulas desnudas: sin libros, sin bancos de trabajo, sin herramientas, sin materiales manipulativos. Más de una vez manifesté mi enfado a mis formadores ante tal inconsistencia.

Y, lamentablemente, después de unas cuantas "reformas" más, seguimos más o menos igual: mucho decir y poco hacer por parte de los mal llamados "expertos", dados a promocionar únicamente los materiales de aula que aparecen en las directrices de turno impuestas por el mercado tecnológico: proyectores, pizarras digitales carísimas, ordenadores mal concebidos como herramientas didácticas ).

En lo que sigue trataré de formular una propuesta que sea factible con los medios de los que disponemos actualmente en centros con recursos moderados.

El espacio de aprendizaje juega un importante papel en la formación y la educación, pues permite experimentar y crear si la concepción del mismo es la adecuada. La adecuada concepción de aula como marco físico debería apuntar más hacia la noción de "taller" ( o laboratorio ) que a la de "auditorio".

La transversalidad, además, representa una suerte de encaje en la que la persona alumna puede encontrarse a sí misma. Por transversalidad se entiende la concurrencia en el tiempo de clase de prácticas que son propias no de una sino de varias materias, con mayor o menor grado de afinidad entre éstas; entender tal cosa es fácil si pensamos en actividades concretas orientadas a proyectos y con contextos significativos de una cierta riqueza formativa. Por otra parte, estudiar los contenidos estructurados de una materia ( la que sea ) no es suficiente para poder adquirir conocimientos firmes, pues no es posible renunciar a cotejar lo aprendido con las realidades del entorno próximo.

Es tan importante el espacio que, como condicionante, puede abortar corrientes pedagógicas encaminadas a mejorar el bienestar y la educación de las personas. El espacio aula bien empleado y optimizado con enfoques abiertos, lejos de cualquier encorsetamiento, favorece la práctica de actividades de aprendizaje transversal, y, por consiguiente la buena convivencia y la satisfacción personal que de manera natural se sigue de los logros en la adquisición de conocimientos (...)


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